
Convence a tu cuerpo de que se relaje
Para la relajación sencillamente hay que relajarse, sin pensar en nada; es justo lo contrario de la concentración. Justo antes de dormirte, siéntate en una silla. Ponte cómodo, cierra los ojos y relaja el cuerpo. Desde los dedos de los pies hasta la cabeza, siente por dentro los puntos en los que hay tensión. Si la sientes en la rodilla, relaja la rodilla. Sólo toca la rodilla y dile: Por favor, relájate. Si sientes alguna tensión en los hombros, sólo toca-los y dile: Por favor, relájate. .. No es necesario forzar el cuerpo; puedes convencerlo. Existimos en él y tenemos que cuidarlo; es nuestra responsabilidad.....
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